El medio ambiente necesita lobos, y su presencia es fundamental para mantener el equilibrio de los ecosistemas. Estos depredadores son esenciales para regular las poblaciones de herbívoros, como ciervos y alces, lo que a su vez evita la sobreexplotación de vegetación en áreas silvestres.

Los lobos también juegan un papel importante en la selección natural, ya que depredan a los individuos más débiles y enfermos, contribuyendo a la salud genética de las poblaciones de presas. Esto, a su vez, influye en la biodiversidad y la resistencia de los ecosistemas a enfermedades y otros desafíos.